Falsifican firma y huella dactilar a hombre sin dedo índice

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A Néstor Laura Ávalos le amputaron el dedo índice de la mano derecha cuando tenía 25 años; por eso la huella digital que aparece en su DNI es la del dedo medio. Laura Ávalos denunció que el 25 de enero de 2004 le falsificaron su firma y huella dactilar usadas en el documento denominado “Cancelación de aportes”. Ese papel libera a su medio hermano Samuel Laura Pacheco de devolverle los 28 mil dólares que el denunciante le entregó para la compra de una parcela en Majes. Laura Ávalos nunca tomó posesión del terreno, su medio hermano lo había engañado.

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Este caso terminó en el Poder Judicial; allí, un juez ordenó se perite la rúbrica y huella en cuestión; sin embargo, ese documento tiene una característica particular que hace imposible el análisis adecuado: la huella estampada que, se supone, pertenece al afectado está garabateada con lapicero de color azul. Los rayones se hicieron en casi toda la impresión dactilar.

Peritos consultados señalaron que es imposible verificar a qué dedo de la mano corresponde la huella y mucho menos corroborar si pertenece a Néstor Laura.

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Se presume que quienes suplantaron su identidad olvidaron que el denunciante no tiene el dedo índice de la mano derecha y cuando se percataron de ese detalle garabatearon el documento cuestionado con la finalidad de que el perito no detecte la suplantación ni pueda reconocer qué dedo fue el estampado.

Largo proceso

El juicio iniciado por Laura Ávalos no fue sencillo. El primer fiscal en investigar este caso fue Eufracio Ticona Zela, quien durante el proceso no pudo demostrar cómo es que Samuel Laura engañó a su medio hermano para que le desembolse 28 mil dólares para la compra de un terreno. El denunciante dijo que nunca fue dueño de ese predio porque el denunciado se lo entregó a su esposa.

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Ante la deficiente investigación fiscal, el juez envió al archivo la acusación. Esta decisión fue apelada. Los magistrados de la Segunda Sala de Apelaciones dispusieron que se haga un nuevo juicio.

Segundo juicio

En la segunda oportunidad, la jueza Yanira Guitton Huamán, del Tercer Juzgado Unipersonal, se hizo cargo del proceso judicial. Ella ordenó un peritaje. Los especialistas Héctor Vargas Llerena y Antonio López Castañeda analizaron la firma y huella atribuida a Néstor Laura. Sus conclusiones no disiparon las dudas, sino todo lo contrario: complicaron el proceso.

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Vargas y López encontraron anexada al expediente una fotocopia de la “Cancelación de aportes” y decidieron peritarla. La copia es borrosa; no está garabateada pero las crestas papilares (líneas que se ven en las yemas de los dedos) parecen manchas.

Similitudes poco claras

Ambos peritos contrastaron tres imágenes. La primera es la muestra garabateada con lapicero azul, la segunda es una fotocopia borrosa y la tercera es la muestra espontánea dada por Néstor Ávalos.

No se sabe cómo los especialistas hallaron similitud en una de las crestas papilares, que empiezan desde la parte externa de la huella y continúan hasta el centro de la yema del dedo.

Peritos consultados explicaron que la parte de la impresión dactilar que ha sido garabateada es donde aparecen los signos que permiten la identificación de una persona.

“La supuesta similitud en la cresta papilar puede verse en las dos últimas muestras, pero no se observa claramente en la imagen garabateada. Podría decirse que los peritos están suponiendo la dirección de la línea dactilar”, explicó un especialista consultado que prefiere mantener el anonimato.

Al final del proceso, la jueza no condenó al medio hermano del denunciante, solo le ordenó que pague la reparación civil para resarcir el daño ocasionado a su pariente. Se supo que el monto que debe devolver fue el desembolsado para la compra del predio en Majes.

Los hechos

El pleito entre Néstor Laura y su medio hermano, Samuel Laura Pacheco, empezó cuando se les ocurrió asociarse y comprar una parcela en la Irrigación Majes, valorizada en 22 mil 400 dólares.

Laura Ávalos aseguró que junto a su medio hermano negociaron con el vendedor el precio del terreno; sin embargo, este último no recuerda al denunciante. Después de las investigaciones fiscales se supo que el medio hermano nunca tuvo intención de hacer negocios con Néstor Laura, solo aprovechó el dinero de este para adquirir el terreno y, después, ante un notario, dárselo a su esposa.

De esto no estaba enterado Laura Ávalos, quien entregó 28 mil dólares. El primer desembolso fue de 18 mil dólares. En diciembre de 2009 dio 10 mil dólares más.

Cuando Néstor Laura se dio cuenta de que fue embaucado, redactó un documento que obligaba a su medio hermano a devolverle el dinero que le entregó.

A los meses, apareció el “Contrato de cancelación de aportes”, fechado el 25 de enero de 2004, que liberaba a Samuel Laura de la devolución de los 28 mil dólares.

Samuel Laura se ha librado de una sentencia penal por el uso de un documento falso, pero no se ha sacudido de la reparación civil.

Si el acusado no paga la reparación civil, Néstor Laura debe iniciar un proceso judicial o embargar una de las propiedades de su medio hermano.

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