Siete libros que debes leer si te interesa la política

Hemos elaborado una lista con los siete libros que, desde nuestra perspectiva, son imprescindibles para todo amante de la política.

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En Legis.pe nos entusiasman los nuevos medios electrónicos y el acceso universal a la información, política en este caso. Sin embargo, eso no nos impide separar un espacio para la lectura tradicional: en el escritorio y repasando las hojas de papel de un buen libro. Así las cosas, hemos elaborado una lista con los siete libros que, desde nuestra perspectiva, son imprescindibles para todo amante de la política. Su lectura nos puede orientar hacia un sesudo análisis de la sociedad y sus estructuras de poder.

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Consideramos, además, que estas lecturas se pueden acompañar con textos no estrictamente jurídicos, como los que habitan una lista confeccionada anteriormente. Esta nueva selección responde a una visión particular, por lo que estamos abiertos a las propuestas de nuestros lectores. Sin más preámbulos, les dejamos nuestra selección de textos políticos esenciales.


1. Política de Aristóteles (344 a.c.)

Este libro fundamental del gran filósofo griego reúne escritos sobre la organización de la polis de aquellos tiempos. Empieza analizando la estructura básica de la sociedad, siguiendo el modelo platónico. La conformación de una ciudad parece ser el mayor mérito de los políticos griegos. En ese sentido, la afirmación del hombre como zoon politikón, es decir, animal político; es necesaria para entender que las relaciones sociales que buscamos conformar en nuestra vida terrenal, son indispensables para concluir por qué se crean las sociedades. Aristóteles se declara defensor de una democracia moderada y, por tanto, del equilibrio de poderes. En esta obra, el filósofo muestra rasgos de un humanismo incipiente.

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2. El príncipe de Nicolás Maquiavelo (1532)

Aunque este libro ha sido, muchas veces, calificado como el santo grial del oportunismo político; lo cierto es que esto responde a una descontextualización de lo que realizó Maquiavelo. En su obra, el italiano describe la política de su tiempo desde una perspectiva absolutamente realista, pero no malintencionada o aprovechada. Analiza las relaciones que surgen a partir de la constitución del poder estatal, para luego plantear una especie de “manual del gobernante”. En un interesante giro a lo establecido convencionalmente, Maquiavelo explica que el derecho puede ser una relación de fuerzas políticas. Se trata de la obra de mayor renombre de este autor.

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3. El contrato social de Jean-Jacques Rousseau (1762)

El gran filósofo de la Ilustración nació en Ginebra en 1712. Heredó una biblioteca inmensa, que aprovechó para erigir una inquebrantable afición por la lectura. Pese a que fue desherado por casarse con una católica, esa notable formación humanística le permitió unas las obras cumbre del pensamiento político: El Contrato Social. Rousseau ensaya una crítica a la democracia inglesa y a la división de poderes pregonada por Montesquieu, advirtiendo la necesidad de que los individuos se sometan a una voluntad colectiva; siendo esta la gran condición para libertad. La influencia de este libro fue tal que llegó a inspirar diversos movimientos revolucionarios, como el de Francia o América del Sur.

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4. La democracia en América de Alexis de Tocqueville (1835)

Aunque el libro está esta referido explícitamente a la situación estadounidense y explica los elementos de su estructura institucional, las pretensiones del autor trascienden esta dimensión y apunta a una preocupación por Europa y, más precisamente por su nación, que daba sus primeros pasos como sociedad democrático-liberal. La idea de su estudio en La Democracia en América, era constatar la idea de cómo este tipo de democracia podía implantarse en un terreno nuevo. Lo primero que salta a la vista, en el estudio de Tocqueville, es la fascinación que siente por esa interesante conjunción que había de igualdad y libertad en la naciente nación estadounidense.

5. La política como vocación de Max Weber (1919)

Desde el inicio, Weber aclara que su perspectiva parte considerando que la política es, esencialmente, la lucha por el poder, evidenciándose una influencia de Maquiavelo. En el ensayo, el sociólogo alemán advierte tres principios que justifican la dominación política del Estado: la autoridad tradicional, la autoridad carismática y la autoridad legal. Para Weber, el Estado sería “una entidad la cual tiene un monopolio sobre el uso del poder legítimo coercitivo en un territorio determinado” que requiere de una burocracia para sostener una creación eminentemente política. De este modo, concluye que la práctica política es una tarea sumamente difícil, ya que es básicamente decidir por el futuro de mucha gente.

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6. Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano (1971)

El reconocido periodista uruguayo publicó este emblemático ensayo periodístico en una época de bastante convulsión para el continente. Galeano hace un inteso recorrido por la historia de América Latina, recogiendo voces que dan fe del constante maltatro y saqueo de los recursos que sufrieron, por centurias, los hombres y mujeres de los pueblos originarios, a manos del colonialismo occidental. Este libro está dividido en dos secciones: en una se estudia la pobreza del hombre latino por la explotación de sus recursos y en la segunda, explica como el saqueo externo se fue convirtiendo en uno interno progresivamente. La obra fue censurada por diversas dictaduras militares de la región.

7. El futuro de la democracia de Norberto Bobbio (1984)

El afamado politólogo Norberto Bobbio, en 1984, ya definitivamente retirado de la enseñanza; fue nombrado senador vitalicio por decisión del entonces presidente de la república, Sandro Pertini. Ese mismo año publica El futuro de la democracia. Bobbio señala en su famosa obra que: “la petición de mayor democracia tan insistente en los últimos años, se manifiesta en la demanda de que la democracia representativa sea acompañada e incluso sustituida por la democracia directa”. Por tanto, el sistema limita el papel del ciudadano al de mero elector de representantes. Para el estudioso italiano, la democracia directa es la solución para satisfacer las demandas populares.

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