Norberto Bobbio y cinco claves que resumen su pensamiento jurídico

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Sumario: 1. Niñez privilegiada y rechazo al fascismo; 2. Teórico del movimiento liberal-socialista; 3. Sus primeros grandes aportes jurídicos; 4. Sus severas críticas a los sistemas políticos imperantes; 5. Intelectual crítico hasta el final de sus días.


El avance de la democracia se medirá por la conquista de los espacios que hasta ahora están ocupados por los centros de poder no democráticos.

1. Niñez privilegiada y rechazo al fascismo

Norberto Bobbio no solamente fue un gran jurista, sino que es considerado uno de los intelectuales más grandes de siglo XX. Nació en el seno de una familia burguesa de Piamonte el 18 de octubre de 1909. Sus padres eran fascistas. Desde muy temprano empezó a advertir las inmensas diferencias sociales y económicas en una Italia llena de penurias. De niño solía pasar largas temporadas de vacaciones en el campo, donde se percató de los azotes de la injusticia. Cuenta Bobbio que, junto a sus amigos de familias acomodadas, compartían juegos con los hijos de los campesinos. Ellos, sin ninguna preocupación de casa o vestido, no entendían por qué cada verano se enteraban de que uno de sus compañeros de juegos había muerto en el invierno.

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Para el doctor Luigi Bobbio, su padre, la parafernalia fascista que adornaba su casa no era un acto de sumisión, sino de convicción. Norberto, el hijo, se limitaba a escuchar sin decir nada, ocultando sus reservas por muchos años. De pequeño una vena humanística iba germinando en él: demostraba un gran entusiasmo por el idioma inglés y la lectura los clásicos de la literatura anglosajona. Así cuando comenzó sus estudios en el liceo Massimo d’Azeglio (1919), en él ejercieron una notable influencia sus maestros, que eran abiertamente antifascistas. Aquí es donde empieza su progresiva conversión ideológica. Ya siendo un claro detractor del pensamiento de Mussolini, posteriormente decide estudiar Derecho.

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Lo curioso del asunto es que, cuando Norberto ingresó en 1927 a la Universidad de Turín decidió inscribirse, por presión familiar, en la militancia de los Grupos Universitarios Fascistas. Pese a ello, frecuentaba por las noches las reuniones de los círculos antifascistas. Esta contradicción personal se acentuó durante la década de 1930. Su inconsecuencia se vería consumada cuando, en 1935, con veintiséis años, jura lealtad al fascismo para obtener una plaza como docente de Filosofía del Derecho. Esto no le sirvió mucho, pues la policía de Mussolini, que lo venía siguiendo, lo encarceló ese mismo año por su sospechosa relación con varios de los adversarios del régimen. Un joven Bobbio tuvo que seguir el consejo familiar y escribió un carta dirigida al Duce, a quien le expresaba su devoción y le suplicaba que interceda generosamente por él. Años después declararía que sentía vergüenza de haber caído en la “abyección” durante su juventud.

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2. Teórico del movimiento liberal-socialista

En efecto, por esa carta, los medios italianos le preguntaron hasta su último día. Pese a ello, todo lo que construyó después, fue mucho más positivo que algún novel momento de debilidad. Al ser liberado, Bobbio empieza una carrera docente en 1938 que le llevó a la cátedra de Filosofía del Derecho en la Universidad de Siena. En 1939 tomó contacto por primera vez con el pensamiento de Thomas Hobbes, filósofo que inspiraría gran parte de su pensamiento político y del que escribió incontables páginas. Se dedicó a la enseñanza en Siena hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, cuando se incorpora al grupo liberal-socialista, que había sido formado por Aldo Capitini y Guido Calogero. Poco después, Bobbio se traslada a la Universidad de Padua, que se había convertido en el centro de la resistencia en el Veneto, en 1940. 

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Es a partir de allí que Bobbio cambia su actitud y pasa, de ser un pretendido teórico de la libertad, a militar abiertamente contra el fascismo. Con su movimiento liberal-socialista, Norberto logra capitalizar sus anhelos políticos de justicia y libertad. La formación del Partido de Acción junto con varios intelectuales, en un intento de lograr un consenso entre posiciones socialista y liberales fue descrita por él como un medio para que “los socialistas reconozcan que el método democrático y el clima liberal constituyen una conquista tan fundamental de la civilización moderna que deberán ser respetados incluso y sobre todo cuando tenga el gobierno una mayoría socialista estable”. Las elecciones de la Constituyente resultaron desastrosas para su partido político, quedando en último lugar, y Bobbio se olvidó por varios años del activismo militante.

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3. Sus primeros grandes aportes jurídicos

Bobbio se concentró, entonces, en trabajar esos inconmensurables aportes doctrinarios que serían reconocidos por las generaciones venideras. En ese contexto, profundizó sus estudios sobre la historia del pensamiento político. Su prestigio en Europa fue creciendo gradualmente, gracias a sus inmensos aportes la revista Occidente, nacida en Milán y cambiada de sede a Turín en 1952. Bobbio pronunció el primer discurso de apertura de la universidad post-fascismo. En sus escritos jurídicos ensayaba una interpretación de un positivismo crítico. Afirmaba que la ley es un mandato del Estado, mas no de la naturaleza. Por tanto, no existe regla natural que gobierne a los hombres de la tierra. El derecho aparece por voluntad del soberano. No puedo negarse el carácter humano, moral del derecho. Como todo constructo racional, es un producto cultural de la humanidad. Lo segundo es que el derecho es también, esencialmente, fuerza. “El derecho es la regla”, afirma. El derecho no es, entonces, consejo ni una invitación a hacer el bien. Es una fuerza necesaria para preservar el orden social.

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Posteriormente, en su libro Teoría General del Derecho (1955), Bobbio inicia un análisis estructurado de la norma jurídica. Sostiene que la fortaleza jurídica que recae en la norma es el principio de unidad, y que es solo a través de la labor del intérprete del Derecho que se han de eliminar las posibles antinomias así como integrar las lagunas que se puedan hallar, con normas del mismo ordenamiento o superiores. Esta organización racionada de un sistema de normas se denomina ordenamiento jurídico. Es entonces que los problemas de raíz jurídica en los distintos estamentos, deben enmarcarse dentro de una teoría del ordenamiento y no de la mera norma. La juridicidad de un ordenamiento se subsume a que la norma sea eficaz dentro de un ordenamiento que lo asegure.

4. Sus severas críticas a los sistemas políticos imperantes

La actividad intelectual de Bobbio lo llevó a conocer la China de Mao Tse Tung. En este viaje reafirmó su convicción de que, bajo su punto de vista, los modelos socialistas de China y la Unión Soviética se habían alejado de la teoría original de Marx. Bobbio no concebía un socialismo sin libertad. Fue recriminado por diversos intelectuales de esas latitudes, pero Bobbio se limitaba a responder que solo seguían instrucciones de un partido político.

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En 1962 empieza a enseñar Ciencias Políticas en Turín. En pleno ejercicio de la docencia, se encontró en el contexto de Mayo del 68 francés. Esta revuelta estudiantil, cogió por sorpresa al profesorado de las universidades europeas. Para Bobbio, esta fue una demostración de que la fragilidad de la democracia también afectaba a los países occidentales. Una vez retirado de la docencia, en 1969, Bobbio publica Ensayos sobre la ciencia política en Italia, un genial compendio sobre el desarrollo de esta disciplina en el país latino. Ese mismo se presentó como senador por una coalición de socialistas y socialdemócratas, volviendo a la arena política, pero nuevamente sin poder ocupar un escaño.

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5. Intelectual crítico hasta el final de sus días

Bobbio, ni a los veinte ni a los setenta años, renunció jamás a ser un intelectual crítico del poder oficial. Un papel al que no renunció ni siquiera cuando en 1984, definitivamente retirado de la enseñanza, fue nombrado senador vitalicio por decisión del entonces presidente de la república, Sandro Pertini. Ese mismo año publica su afamado ensayo El futuro de la democracia. Bobbio escribía que: “la petición de mayor democracia tan insistente en los últimos años, se manifiesta en la demanda de que la democracia representativa sea acompañada e incluso sustituida por la democracia directa”. Por tanto, el sistema limita el papel del ciudadano al de elector de una serie de representantes que toman las decisiones sin atender su voluntad sobre aspectos específicos. Para el jurista, la democracia directa es la solución para satisfacer las demandas populares.

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Ya en el ocaso de su vida, y consolidado como una de las personalidades más influyentes de Italia, escribió una última obra maestra (que de hecho, se convirtió en un récord de ventas): Derecha e Izquierda, Razones y Significados de una distinción histórica (1994), donde propuso que frente a la caída del estalinismo y al fracaso de las dictaduras de derecha, se debían rechazar las concepciones totalizadoras de la historia. Pese a ello, Bobbio es claro al decir que las etiquetas de derecha e izquierda aún no han caducado, y más de 20 años después de esa afirmación, observando la polarización ideológica a la que se acerca el mundo, no podemos más que darle la razón. Norberto Bobbio falleció el 2004, pero al leer sus libros uno advierte que su pensamiento está más vigente hoy que nunca.

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13 Oct de 2017 @ 14:02

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