¿Cómo litigar en mi primer juicio oral? (y no terminar con el cliente en la cárcel en el intento)

Abogada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y defensora pública.

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Rosario Solange Palacios Meléndez
© Rosario Palacios Meléndez

Recién titulado o no, la perspectiva de asumir el primer caso penal como abogado defensor de imputados con el modelo procesal acusatorio puede ser intimidante. Llegado a este punto, te preguntas si lograrás estar a la altura, si tendrás el conocimiento y la técnica suficientes para afrontar con éxito la defensa en juicio de una persona. Es que eres consciente de que está en juego su libertad. Por ello, a continuación trataremos de explicar lo más importante que necesitas saber para asumir un juicio oral.

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Primera clave

La primera clave es que debes tener tu propia carpeta del juicio. Ya sea que la denomines así o simplemente la llames “falso expediente”. Esa carpeta debe estar muy bien nutrida. Los insumos de esta te los proporcionará no solo el expediente judicial, sino también la carpeta fiscal y tu propia investigación (sí, tú también tienes que investigar). Ten copia de todo. Actualmente no hay obstáculo para que obtengas copias simples de todos los actuados, el artículo 138º del Código Procesal Penal (CPP en adelante), permite que abogado defensor pueda obtener copias simples o certificadas de los actuados con las reservas del caso. Utiliza esa facultad. [actualización del editor: ahora puedes tomar fotografías]

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Segunda clave

Una vez que hayas obtenido las copias que necesitas, llegó el momento de la siguiente clave: orden. Es muy importante que tengas todo ordenado de manera que toda la información que tengas sobre tu caso sea manejable. La primera tentación que tenemos al momento de enfrentarnos a organizar la información disponible es seguir un orden cronológico, pero no te lo recomiendo. Ordenarlo temáticamente es más adecuado. Por ejemplo, tener un “file palanca” con separadores. En cada separador puedes poner las subsecciones de tu carpeta del juicio y puedes denominarlas de la siguiente forma:

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a) ¿Qué pasó?
b) ¿Cuál es la norma aplicable?
c) ¿Cómo lo pruebo?
d) Alegatos
e) Guía de objeciones

En la subcarpeta “¿Qué pasó?” corresponde desglosar todo lo referido a los hechos acaecidos, distinguiendo:

i) Teoría del caso
ii) Tema
iii) Hechos relevantes
iv) Hechos controvertidos y
v) Hechos asentados.

Si no se tiene claro lo referido a este punto, no se puede realizar una defensa efectiva ni eficaz. No avanzar si no se tiene completo este punto. Aquí se trata de resumir todo el caso y la estrategia que se va a asumir.

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En la subcarpeta “¿Cuál es la norma aplicable?” debemos acopiar lo siguiente:

i) Legislación aplicable al caso concreto
b) Doctrina
c) Jurisprudencia

Respecto de la jurisprudencia, es importante mencionar que debemos distinguir entre acuerdos plenarios de la Corte Suprema, jurisprudencia vinculante del Tribunal Constitucional y sentencias relevantes. En este acápite recomendamos acudir a la página web del estudio Loza Avalos haciendo clic aquí, en la cual ubicaremos abundante información que nos permitirá completar esta subcarpeta.

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En la subcarpeta “¿Cómo lo pruebo?” corresponde, quizás, seccionar con más detalle porque debemos distinguir lo siguiente:

i) Imputados
ii) Testigos
iii) Peritos
iv) Prueba material

Respecto de los primeros tres rubros, es importante desglosar lo que cada uno aporta a la teoría del caso, los temas a tratar con éste, debe contener copias de declaraciones previas que se han brindado, realizar un análisis de cada órgano de prueba (fortalezas y debilidades), la estructura del examen o contraexamen (no el listado de preguntas) y la prueba material que pretendo introducir con estos.

En cuanto a la prueba material, se debe tomar en cuenta el artículo 382º del CPP, haciendo la precisión que a efectos de dotarla de mayor credibilidad, se debe elegir un órgano de prueba idóneo para que la reconozca, a continuación, debo establecer las condiciones de legitimidad para su introducción, exhibir el objeto al órgano de prueba y le pediré a éste las razones para su reconocimiento; todo ello para evitar que la introducción de la prueba material sea objetada por la contraparte.

Respecto a la subcarpeta “Alegatos” tenemos dos rubros:

i) Alegato de apertura
ii) Alegato de clausura

En ambos no se trata de tener un discurso preparado, redactado y pulido; sino de tener una estructura básica que nos permita presentar el caso que vamos a llevar a juzgamiento y como concluiremos todo lo que se acreditó en este, respectivamente. El sector reservado al alegato de clausura, al inicio del juzgamiento, se debe encontrar vacío, a efectos de ir llenándolo conforme se vaya desarrollando el juicio. En cambio, el referido al contrato de apertura debe estar completamente estructurado.

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Una última subcarpeta que debemos tener preparada es la referida a la “Guía de objeciones”. En estas debemos tener el listado de las objeciones más comunes y sus fundamentos, debido a que, al momento de objetar, solo es preciso decir qué tipo de objeción se presenta (tipo: “objeción, irrelevante”). Habrá ocasiones en las que el juzgador requiera una fundamentación acerca del contenido de la objeción presentada. Con la práctica constante, poco a poco irá dejando de lado la guía de objeciones; sin embargo, en su primera vez sí será importante tenerla, lo va a sacar de más de un apuro.

Tercera clave

La tercera clave para tu primer juicio oral es preparar a tus órganos de prueba y prepararte para los de la contraparte. Respecto a tus testigos, imputados o peritos, no se trata de enseñarles a mentir ni distorsionar lo sucedido de acuerdo a la conveniencia de tu teoría del caso. Al contrario, se trata de que cuenten lo que sucedió de manera ordenada, de tal forma que la información que se presenta al juicio pueda llegar a cumplir el objetivo planteado: que sume a nuestra teoría del caso o que reste a la teoría del caso de la contraparte. La preparación también nos servirá para anticiparle a nuestro testigo, imputado o perito la forma en que será contraexaminado por la contraparte, lo que permitirá que se prepare para adelantar las debilidades que puedan existir para disminuir su impacto negativo.

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La entrevista con el imputado que patrocinas es de vital importancia, debido a que desde su perspectiva de conocedor de primera mano de los hechos acaecidos, podrá darte una visión transversal de lo que sucedió (la motivación de la denuncia interpuesta, el grado de su responsabilidad, etc.). Sin embargo, debes tamizar todo lo que te dice y evaluar qué información es relevante y creíble para la teoría del caso.

Respecto de los testigos o peritos de la contraparte, debemos prepararnos para que la declaración que brinden pueda cumplir los siguientes objetivos: sumar a nuestra propia teoría del caso o desacreditar la teoría del caso de la contraparte. Sin duda, el primer objetivo será el más importante, debido a que si logramos que el testigo de la contraparte afirme algo beneficioso para nuestra teoría del caso, tendrá mayor credibilidad frente al juzgador.

Cuarta clave

La última clave ya no trata del caso, sino de quien resolverá el caso. Debemos conocer a nuestro juzgador, ello en la medida que el derecho no es mera aplicación rígida. Debido a que entre la norma y su aplicación existe un camino que recorrer, a este se le denomina interpretación. Por ello es importante conocer cómo cada juzgado procede en la forma de ordenar el juicio, el tratamiento que le da a las objeciones, si es garantista o no en la interpretación de las normas, etc. Para lograr este cometido visita con anticipación el local del juzgado, familiarízate con la forma en que se desarrollan las audiencias.

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El momento del juicio

Con toda esta preparación llegó el momento del día del juicio, al cual llegarás con tu carpeta del juicio y listo para sentarte al lado del imputado (sí, ese es tu lugar). A continuación, se procederá a instalar el juicio oral. Para que ello suceda deben encontrarse físicamente el representante del Ministerio Público, el juzgador, el imputado con su respectivo abogado defensor. La presencia de la parte civil es facultativa.

La dirección del juicio se encuentra a cargo del juzgador. Si se trata de un órgano colegiado se turnarán para la dirección del debate. El director tiene poder disciplinario y discrecional; por el primero de ellos se permite que el juez mantenga el orden y el respeto en la sala de audiencias, pudiendo incluso ordenar la detención de quien perturbe dicho orden por el término máximo de 24 horas. Mediante el poder discrecional el juez podrá resolver cuestiones no regladas que surjan en el juicio, cuya resolución es necesaria para su efectiva y debida continuación.

A continuación, se seguirá el orden del debate:

a) Alegatos de apertura.

b) Trámite de conformidad. En este punto existe una bifurcación, de aceptarse la conformidad, se pasará a alegatos finales y a la emisión de la sentencia de conformidad, en el caso que el imputado no acepte los cargos imputados, se seguirá el trámite;

c) Fase probatoria. En esta fase se examina y contraexamina al imputado, testigos y peritos. Asimismo, se introduce la prueba material haciendo uso del cuaderno del juicio y la preparación previa que ya se realizó.

d) Alegatos finales. En todo el transcurso del juicio oral, se irá afinando el alegato de clausura, para realizarlo al finalizar la fase probatoria. Con ello, acabamos el juicio oral y solo resta esperar la emisión de la sentencia.

Leída la sentencia (o la parte resolutiva de ésta) se puede interponer recurso de apelación, cuidándose de fundamentarla en el mismo acto o en el plazo que otorga la ley.

Para concluir, quizás se estén preguntando: ¿y cómo interrogo?, ¿qué puedo decir?, ¿cómo…? Muchas preguntas que solo pueden ser respondidas por la práctica. No se aprende mediante un ensayo. Este solo te puede brindar ciertas herramientas que se irán afinando con la aplicación. La clave es practicar, practicar y practicar. No hay fórmulas mágicas. Estamos a menos de un año que el CPP entre en vigencia en todo el territorio de la república, no esperemos a tener que enfrentarnos a un juicio para ir practicando. Dejen de asistir solo a conferencias o cursos que tienen una metodología del dictado de clases, sin interacción. Empecemos a ser más prácticos, no solo para enseñar, sino también para aprender. El cambio empezará por ti. Siéntete parte de la reforma.

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