El presidente de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, Gabino Espinoza Ortiz, adujo que el Poder Judicial tuvo que liberar a los cinco integrantes de la organización criminal ‘Rápidos y Furiosos’ (a quienes el miércoles pasado la Policía había capturado cuando se disponían a asaltar a un comerciante), porque la denuncia llegó “fuera de tiempo”. Estas expresiones no pasaron desapercibidas para el profesor Gorki Gonzales Mantilla, quien comentó el suceso así:


 

Para las autoridades judiciales es un problema de falta de coordinación. Así de fácil. El funcionario de la mesa de partes de la Corte de Lima Norte, “reemplaza” al juez en la función de calificar la denuncia fiscal y usa el argumento siguiente: «está usted fuera de hora. Llegó tarde por 5 minutos». Y todos se quedan tranquilos. Si el hecho no se hacía noticia periodística, no hubiera pasado nada. Claro, luego todos se echan la culpa entre sí, para que la responsabilidad se diluya. Es un problema de coordinación dicen.

El sistema judicial, del que ninguna fuerza política ha dicho nada relevante en esta campaña electoral, enfrenta un problema estructural. La solución no depende de los códigos ni demás leyes -aunque ciertas reformas legales deben hacerse-, porque el fondo de la crisis es cultural.

En unos meses podríamos tener un nuevo código penal y quizás una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial (hace tiempo que debió hacerse esta reforma), pero las cosas no cambiarán, porque la mayor parte de funcionarios y jueces del sistema siguen pensando y practicando el derecho, en los términos del siglo XIX. Fíjense como el propio Presidente de la Corte de Lima Norte ha dejado entrever que el tiempo, esos 5 minutos, eran un argumento para rechazar la denuncia. Como si la demanda de justicia no fuera un asunto central para la vida en democracia y en su puesta en práctica, un servicio público.

La reforma debe apuntar a cambiar la cultura judicial. Y en esa ruta no avanza ni siquiera la AMAG. Ahí se sigue enseñando como teoría del derecho, lo que corresponde en rigor a la teoría de la norma jurídica en la perspectiva del positivismo jurídico. Esto es lo que se enseña a los jueces de diversas partes del país. Como si el tiempo se hubiera detenido y el derecho se hubiera congelado.

Es imprescindible que se impulse esta reforma para salvar a la ciudadanía y sus derechos, pero también para salvar a la justicia del espíritu de cuerpo gris de algunos de sus miembros.

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